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Lorenzo e Isabela y la maceta de albahaca

Isabela (detalle) | J. E. Millais
Obras implicadas
: poema "Isabel o la Maceta de Albahaca" de J. Keats, inspirado en el cuento de "Lisabetta y su maceta de Albahaca" incluido en "El Decameron" de Boccaccio.

Tema prerrafaelista: La historia es recurrente en el Prerrafaelismo debido a dos requisitos: procede de la cultura medieval y tiene un tono moralista.

¿Por qué nos interesa Isabela desde una perspectiva de género? La fábula cuenta que Isabela, de familia acomodada, se prenda de Lorenzo, un sirviente, y se deja llevar. El romance acaba trágicamente, con la cabeza del amante enterrada en un tiesto de albahaca e Isabela abrazándola enloquecida... Es una advertencia para las mujeres: pueden pasarte cosas horribles si eres ligerita de cascos.

La historia de Isabela y Lorenzo está recogido en el poema de John Keats, "Isabella, or the Pot of Basil" (Isabel o la Maceta de Albahaca), inspirado a su vez en el cuento de "Lisabetta y su maceta de Albahaca" incluido en "El Decameron" de Boccaccio, una colección de cien historias en la que su autor pretende mostrarnos la pequeña distancia que hay entre lo carnal y lo trágico y que, según algunos, contiene algunas historias inspiradas en nuestro "Libro del Buen Amor", obra del Arcipreste de Hita.

En cuanto a su interés pictórico hay que decir que esta historia de amor y sobre todo su desgraciado final, con una enajenada Isabella abrazada a su maceta de albahaca, ha sido ampliamente tratada en la pintura inglesa, sobre todo por los artista Prerrafaelistas. No en vano, la historia contiene dos requisitos que los devotos del Prerrafaelismo adoraban: procede de la cultura medieval y tiene un tono moralizante.

Isabella, de John Everett Millais

Cuenta la historia que Isabela, hija única de un rico comerciante, al fallecer su padre recibe como herencia una suculenta dote para que se case con un hombre rico y de bien. En cambio, sus avariciosos hermanos esperan casarla con un hombre rico que se conforme con una pequeña dote, para así poder agenciarse una buena parte de la herencia de su difunto padre.

Sin embargo, en contra de todo pronóstico, Isabela queda prendada de Lorenzo, un muchacho que trabaja con los hermanos como mozo de almacén y cuya cabellera desprende aroma a albahaca. Lorenzo es bastante pobre, pero la pareja está tan enamorada que ambos deciden casarse en secreto.

Isabella y el tiesto de albahaca, de J. W. Waterhouse

Por supuesto, los hermanos de Isabela no tardan en descubrir la realidad y, ni cortos ni perezosos, toman la decisión de deshacerse de Lorenzo. Lo envían así a hacer un recado al bosque, donde lo asaltan, lo matan y lo entierran. En tanto, Isabela espera ansiosa el regreso de Lorenzo, quien, según sus hermanos, está de viaje. Sin embargo, una noche Lorenzo se le aparece en sueños a Isabela para relatarle la verdad de lo sucedido y decirle donde se encuentra enterrado. En un principio Isabela no da crédito a sus visiones. Pero ante la tardanza de su amado, decide seguir las instrucciones del sueño, descubriendo el cadáver de Lorenzo allá donde su fantasma le indicó, hermoso e incorrupto.

Isabela y el tiesto de albahaca, de John White Alexander (1856–1915)

Presa del dolor, Isabela tomó la cabeza decapitada de su amante y la llevó consigo a casa, donde la enterró en una hermosa maceta sobre la que plantó albahaca en su honor. Isabela comenzó a desvivirse por su maceta, la cual regaba con agua de rosas y azahar y con sus propias lágrimas, dando vida a la planta, por lo que sus vecinos empezaron a tomarla por loca.
 
Ajenos al descubrimiento de Isabela, sus hermanos decidieron separarla de su maceta y averiguar porque ponía en ella tantos cuidados. Ya fuera porque Isabela y sus hermanos forcejearon y cayeron la maceta al suelo o porque los hermanos de Isabela vaciaron su contenido en secreto, tal fue la conmoción que causó en ellos la visión de la cabeza casi incorrupta de Lorenzo que los hermanos de Isabela huyeron de allí para no volver, dejando sola a su hermana sola, quien murió de pena pidiendo entre lágrimas que le devolviesen su tiesto de albahaca.

Isabela y el tiesto de albahaca, de Willam Holman Hunt

Comentarios

  1. Hola Auxi!como me ha gustado el tema de la maceta de Albahaca, no lo conocía, ella agarrada a la maceta y cada pintor el mismo tema con su estilo propio , una pasada,tengo que verlo varias veces.Muy bonito el cambio de blog, primavera. Te felicito por esta maravilla de blog.

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  2. Hola, guapetona! Me alegra verte por aquí.

    La verdad es que la Edad Media está llena de tesoros escondidos o casi olvidados. Doy gracias a los Prerrafaelistas, que tanta inspiración encontraron en ella, porque su pintura me ha hecho recapacitar sobre la veracidad de esa sentencia que afirma que la Edad Media era una época inculta y oscura.

    También me alegro de la decisión que hace tiempo tomé de crear galerías temáticas. Es ciertamente delicioso ver como un mismo tema es tratado desde diferentes perspectivas y desde diferentes épocas.

    Por cierto, me alegra que te guste el cambio de look. Jamás pensé en revisar la estética de mis blogs, pues estaba muy satisfecha con la que tenía. Sin embargo, bicheando en las nuevas opciones de Blogger, me animé a probar y ahora creo que mis blogs han ganado en claridad.

    Besos grandes.

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  3. Genial cuento de Boccaccio para un tiempo muy similar que antaño, una pandemia, las pinturas de Isabela y la maceta de albahaca bastante ilustrativas gracias al prerrafaelismo. Felicitaciones por tu blog. Te visitaré continuamente. Ciao

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    1. Muchas gracias, Issa! Los prerrafaelistas tenían gran inclinación por las historias con moraleja. Espero que nosotros aprendamos algo de estas vivencias.

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