El columpio | Fragonard |
Época: estilo Rococó
Ver también: pintura Rococó.
- Mobiliario: predomina la línea curva y se barniza y se completa con marquetería de bronce. Presenta motivos florales, escenas, máscaras, incrustaciones y aplicaciones de porcelana. El tapizado adquiere gran peso en busca de la comodidad.
- Arquitectura: centrada en la vivienda privada, configurada a partir de habitaciones independientes.
- Pintura: interesada en la corte o la mitología, casi siempre con una carga erótica nada disimulada.
Francia es la cuna del estilo y desde aquí se extiende al resto de Europa, especialmente a los países de lengua germánica, donde adquiere una fuerza extraordinaria, debido a las fuertes relaciones de Federico II de Prusia con la corona de Francia.
Mobiliario.
El diseño de muebles es la principal actividad de toda una dinastía de ebanistas parisienses, alguno de los cuales había nacido en Alemania, que desarrollan un estilo de línea curva en tres dimensiones, donde las superficies embarnizadas se completaban con marquetería de bronce. La factura de estas obras corresponde, mayoritariamente, a Antoine Gaudreau, Charles Cressent, Jean-Pierre Latz, Françoise Oeben y Bernard van Risen Burgh.
En Francia el estilo se mantiene muy sobrio, puesto que los ornamentos, principalmente de madera, eran menos macizos y se presentaban como composiciones de motivos florales, escenas, máscaras grotescas, pinturas e incrustaciones de piedra.
La tapicería fue un capítulo importante para conseguir comodidad en el mueble. Los asientos llegaron a cotas de comodidad inimaginables pocos años antes. La tendencia general a favor del lujo y del confort hizo que los cortesanos y los asiduos asistentes a los salones pudieran ahora sentarse (e incluso reclinarse y estirarse) en las reuniones, a diferencia de la época anterior, en la que había sido obligatorio permanecer de pie por cuestiones de protocolo. Este nuevo concepto de la comodidad y una actitud más despreocupada respecto al cuerpo humano (al cual se permitía en momentos de intimidad evadirse y librarse de rígidas posturas), la inquietud por desarrollar actividades intelectuales y lúdicas en los espacios privados, propicia el desarrollo de nuevos diseños de muebles.
·Arquitectura.
Con el alejamiento de la cultura de los palacios de la corte, las construcciones características de esta época fueron las casas alejadas del centro de ciudad o en medio del campo: «folies», «bergeries», «bagatelles» o «ermitages». En residencias urbanas, el «hôtel» o mansión en la ciudad, la planta se divide en unidades espaciales relativamente pequeñas con lo cual se obtienen ámbitos especializados, de diferente medida según su función: salón, comedor, cuarto, antecámara, galería, gabinete.
De esta forma apareció una distribución más práctica que el anterior de «enfilade», ahora las habitaciones serían independientes y con acceso individual. Se cortaron oblicuamente las esquinas de las habitaciones para colocar escaleras secundarias en los espacios ganados y estos se comunicaron entre sí mediante pasillos, corredores y galerías.
Entre los representantes más destacados encontramos a Jean Courtonne y a Robert de Cotte, nombrado arquitecto de la corte y que durante 30 años intervino en la casi totalidad de las obras importantes que se hicieron en Francia.
Escultura y porcelana.
Francia ocupó un lugar importante a la producción de porcelana durante el siglo XVIII. Se fabricó en Ruán, Estrasburgo, Saint-Cloud, Mennecy, Chantilly y en la Manufactura Real de porcelana de Sèvres.
Después de unos inicios difíciles (1741) en Vincennes, la Manufactura Real se trasladó a Sèvres en 1756. La porcelana de Sèvres se caracterizaba por sus dibujos rodeados de ornamentación de rocalla sobre fondo blanco, aunque este blanco pasó rápidamente a colores de tonos muy vivos como el "bleu de Roi" (posterior al Rococó), el amarillo vivo, el azul turquesa, y el rosa Pompadour (a partir de 1757), de moda durante diez años y que se denominó así como reconocimiento al interés personal de Madame Pompadour en el desarrollo de las Manufacturas.
A partir de la década de 1750 se puso de moda la colocación de placas de Sèvres como decoración de muebles pequeños o accesorios. Bernard van Risen Burgh fue el primero ebanista conocido que decoró sus obras con placas de porcelana, una práctica que rápidamente se hizo popular. Fueron muy utilizados por los ebanistas Martin Carlin y Weisweiler.
Pintura.
···
Francia es considerado el país en el que nació este estilo. La pintura de caballete refleja ambientes galantes, refinados y sensuales. Los temas favoritos eran la corte o la mitología, casi siempre con una carga erótica nada disimulada.
El más antiguo y exquisito de los pintores rococó franceses fue Jean-Antoine Watteau (1684-1721), que creó todo un género propio: las fiestas galantes (fêtes galantes), con escenas impregnadas con un erotismo lírico. Watteau, a pesar de morir a los 35 años tuvo una gran influencia en sus sucesores.
Después de él, Jean-Marc Nattier el Joven (1685-1766) se distinguió como retratista, especialmente de damas y de la nobleza.
El reinado de Luis XV estuvo dominado por la obra de François Boucher, pintor de la sensualidad femenina. Boucher y Quentin La Tour asesoraban en temas artísticos a Jeanne Antoinette Poisson, marquesa de Pompadour y amante del rey.
Más jóvenes fueron Fragonard y Greuze, que anticiparon el romanticismo. Jean-Honoré Fragonard (1732-1806) realizó pinturas galantes, escenas frescas y ligeras, para adinerados mecenas. Pero simultaneó este tipo de cuadros con otros de carácter más sentimental y narrativo. Destaca por su lirismo. Con Jean-Baptiste Greuze (1725-1815) se acentúa el prerromanticismo, hasta el punto de que en ocasiones es considerado como abiertamente neoclásico. Cultiva el género sentimental y lacrimoso.
Al gran retratista Nattier le siguieron otros, que captaron ya no sólo la artificiosidad de la vida palaciega, sino también la transformación social que estaba sufriendo el país, con el ascenso de la burguesía. Estos retratistas de mediados de siglo prefirieron la pintura al pastel. Puede mencionarse como discípulo de Nattier en el género del retrato a François Hubert Drouais. Pero los más destacados fueron, sin duda, Jean-Baptiste Simeon Chardin (1699-1779) y Maurice Quentin de La Tour (1704-1788). El primero de ellos resulta excepcional como pintor de bodegones, aunque también pintó escenas de género a la manera de los holandeses; el segundo es el gran pastelista del siglo.
Otros pintores del mismo estilo fueron: Nicolas de Largilliere (1656-1746), Jean-Baptiste Oudry (1686-1755), el pintor de conciertos Nicolas Lancret (1690-1743), Joseph-Siffred Duplessis (1725-1802) y Hubert Robert (1733-1808).
Mobiliario.
El diseño de muebles es la principal actividad de toda una dinastía de ebanistas parisienses, alguno de los cuales había nacido en Alemania, que desarrollan un estilo de línea curva en tres dimensiones, donde las superficies embarnizadas se completaban con marquetería de bronce. La factura de estas obras corresponde, mayoritariamente, a Antoine Gaudreau, Charles Cressent, Jean-Pierre Latz, Françoise Oeben y Bernard van Risen Burgh.
En Francia el estilo se mantiene muy sobrio, puesto que los ornamentos, principalmente de madera, eran menos macizos y se presentaban como composiciones de motivos florales, escenas, máscaras grotescas, pinturas e incrustaciones de piedra.
La tapicería fue un capítulo importante para conseguir comodidad en el mueble. Los asientos llegaron a cotas de comodidad inimaginables pocos años antes. La tendencia general a favor del lujo y del confort hizo que los cortesanos y los asiduos asistentes a los salones pudieran ahora sentarse (e incluso reclinarse y estirarse) en las reuniones, a diferencia de la época anterior, en la que había sido obligatorio permanecer de pie por cuestiones de protocolo. Este nuevo concepto de la comodidad y una actitud más despreocupada respecto al cuerpo humano (al cual se permitía en momentos de intimidad evadirse y librarse de rígidas posturas), la inquietud por desarrollar actividades intelectuales y lúdicas en los espacios privados, propicia el desarrollo de nuevos diseños de muebles.
Interior diseñado por Juste-Aurèle Meissonnier |
·Arquitectura.
Con el alejamiento de la cultura de los palacios de la corte, las construcciones características de esta época fueron las casas alejadas del centro de ciudad o en medio del campo: «folies», «bergeries», «bagatelles» o «ermitages». En residencias urbanas, el «hôtel» o mansión en la ciudad, la planta se divide en unidades espaciales relativamente pequeñas con lo cual se obtienen ámbitos especializados, de diferente medida según su función: salón, comedor, cuarto, antecámara, galería, gabinete.
De esta forma apareció una distribución más práctica que el anterior de «enfilade», ahora las habitaciones serían independientes y con acceso individual. Se cortaron oblicuamente las esquinas de las habitaciones para colocar escaleras secundarias en los espacios ganados y estos se comunicaron entre sí mediante pasillos, corredores y galerías.
Entre los representantes más destacados encontramos a Jean Courtonne y a Robert de Cotte, nombrado arquitecto de la corte y que durante 30 años intervino en la casi totalidad de las obras importantes que se hicieron en Francia.
Diseño de Robert de Cotte para el interior del Grand Cabinet para el Palacio del Buen Retiro en Bonn. |
Escultura y porcelana.
Francia ocupó un lugar importante a la producción de porcelana durante el siglo XVIII. Se fabricó en Ruán, Estrasburgo, Saint-Cloud, Mennecy, Chantilly y en la Manufactura Real de porcelana de Sèvres.
Después de unos inicios difíciles (1741) en Vincennes, la Manufactura Real se trasladó a Sèvres en 1756. La porcelana de Sèvres se caracterizaba por sus dibujos rodeados de ornamentación de rocalla sobre fondo blanco, aunque este blanco pasó rápidamente a colores de tonos muy vivos como el "bleu de Roi" (posterior al Rococó), el amarillo vivo, el azul turquesa, y el rosa Pompadour (a partir de 1757), de moda durante diez años y que se denominó así como reconocimiento al interés personal de Madame Pompadour en el desarrollo de las Manufacturas.
A partir de la década de 1750 se puso de moda la colocación de placas de Sèvres como decoración de muebles pequeños o accesorios. Bernard van Risen Burgh fue el primero ebanista conocido que decoró sus obras con placas de porcelana, una práctica que rápidamente se hizo popular. Fueron muy utilizados por los ebanistas Martin Carlin y Weisweiler.
Cómodas Rococó: arriba, una creada por Adam Weisweiler en 1785-95; abajo, una creada por Martin Carlin alrededor de 1783. Ambas extraídas de Royal Collection Trust |
Pintura.
···
Francia es considerado el país en el que nació este estilo. La pintura de caballete refleja ambientes galantes, refinados y sensuales. Los temas favoritos eran la corte o la mitología, casi siempre con una carga erótica nada disimulada.
El más antiguo y exquisito de los pintores rococó franceses fue Jean-Antoine Watteau (1684-1721), que creó todo un género propio: las fiestas galantes (fêtes galantes), con escenas impregnadas con un erotismo lírico. Watteau, a pesar de morir a los 35 años tuvo una gran influencia en sus sucesores.
Después de él, Jean-Marc Nattier el Joven (1685-1766) se distinguió como retratista, especialmente de damas y de la nobleza.
El reinado de Luis XV estuvo dominado por la obra de François Boucher, pintor de la sensualidad femenina. Boucher y Quentin La Tour asesoraban en temas artísticos a Jeanne Antoinette Poisson, marquesa de Pompadour y amante del rey.
Más jóvenes fueron Fragonard y Greuze, que anticiparon el romanticismo. Jean-Honoré Fragonard (1732-1806) realizó pinturas galantes, escenas frescas y ligeras, para adinerados mecenas. Pero simultaneó este tipo de cuadros con otros de carácter más sentimental y narrativo. Destaca por su lirismo. Con Jean-Baptiste Greuze (1725-1815) se acentúa el prerromanticismo, hasta el punto de que en ocasiones es considerado como abiertamente neoclásico. Cultiva el género sentimental y lacrimoso.
Al gran retratista Nattier le siguieron otros, que captaron ya no sólo la artificiosidad de la vida palaciega, sino también la transformación social que estaba sufriendo el país, con el ascenso de la burguesía. Estos retratistas de mediados de siglo prefirieron la pintura al pastel. Puede mencionarse como discípulo de Nattier en el género del retrato a François Hubert Drouais. Pero los más destacados fueron, sin duda, Jean-Baptiste Simeon Chardin (1699-1779) y Maurice Quentin de La Tour (1704-1788). El primero de ellos resulta excepcional como pintor de bodegones, aunque también pintó escenas de género a la manera de los holandeses; el segundo es el gran pastelista del siglo.
Otros pintores del mismo estilo fueron: Nicolas de Largilliere (1656-1746), Jean-Baptiste Oudry (1686-1755), el pintor de conciertos Nicolas Lancret (1690-1743), Joseph-Siffred Duplessis (1725-1802) y Hubert Robert (1733-1808).
Fuentes: Wikipedia España (Rococó) y Wikipedia España (Pintura rococó).
Más información: Smithsonian; V&A.
Más información: Smithsonian; V&A.
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Te doy la bienvenida a mis mares.
Muchas gracias por verter en ellos tus palabras.