Marte y Venus sorprendidos por los dioses J. Wtewael |
Protagonistas: Afrodita, Ares y Hefesto.
Personajes secundarios: Helios, Alectrión y toda la Corte Olímpica.
La historia: Hefesto, malhumorado y deforme, no es del agrado de Afrodita, a pesar de lo cual la obligan a desposarse con él. Sin embargo, la diosa de la belleza encuentra pronto refugio en los brazos del aguerrido Ares, convertido desde ese momento en su amante oficial.
Se preguntarán ustedes cómo demonios acabó Hefesto, un señor cojo y malhumorado, desposando a la hermosa Afrodita, paradigma de la belleza y la frivolidad... La verdad es un suceso que aún no está muy claro.
- Algunos cuentan que Hefesto, resentido por el trato que su madre, Hera, le había brindado en su juventud (cuentan que lo arrojó al vacío para expulsarlo del Olimpo), decidió vengarse de ella. Para ello Hefesto elaboró un trono mágico que envió a Hera como regalo y en el que ésta quedó atrapada nada más sentarse. Los demás dioses rogaron a Hefesto que volviese al Olimpo y la liberase, pero él se negó. Tan tajante fue Hefesto que Dionisos, que gozaba de la confianza del herrero, se vio obligado a intervenir. Fue así que Hefesto, totalmente borracho, regresó al Olimpo, donde impuso severas condiciones para liberar a Hera, exigiendo, entre otras cosas, contraer matrimonio con la bella Afrodita.
- Otros afirman que la ocurrencia partió directamente de Zeus, quien concertó el matrimonio para así evitar peleas entre los dioses a causa de la tentadora belleza de Afrodita.
Fuera como fuere, la hermosa y frívola Afrodita, que no se veía desposada con aquel dios tan opuesto a ella, no tardó en rebelarse contra su matrimonio refugiándose entre los aguerridos brazos de Ares. Hefesto no tardaría mucho en descubrir su infidelidad, propiciando uno de los episodios más sonados de la prensa rosa olímpica...
"Venus, Vulcano y Amor" de Jan Brueghel El Viejo |
Detalle de "El regreso de la guerra, Marte desarmado por Venus" de Peter Paul Rubens (1610-12) |
Todo comenzó cuando Helios, dios sol, descubrió a Ares y Afrodita haciendo el amor en casa del propio Hefesto. En una versión adulterada muy posterior se culpó del descuido a Alectrión, a quien dicen que Ares dejaba vigilando en la puerta, para que le avisase de la llegada de Helios; en esta versión, el joven se habría quedado dormido, haciendo que Helios descubriese a los amantes, motivo por el que Ares habría transformado a Alectrión en un gallo, mucho más eficiente anunciando la llegada del sol de la mañana.
···
La consecuencia fue la misma: Helios alertó a Hefesto de la aventura, que enfureció y trazó un plan para atrapar a la pareja en pleno adulterio. Para eso, dispuso sobre la cama una sutil red de plata, casi invisible, con el poder de inmovilizar a cualquiera, incluyendo a los dioses. Así atrapó a Ares y Afrodita en la siguiente ocasión, trayendo entonces a los demás dioses para que fuesen testigos del ultraje, aunque las diosas rehusaron la invitación por pudor. Todos se burlaron de ellos, lo que debió enfurecer aún más a Hefesto, que se mostró reacio a romper el hechizo de la red.
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Así, ante la negativa de Hefesto de liberar a los prisioneros, Poseidón le prometió que Ares pagaría desagravios, para lo que propuso incluso devolverle el excrex (la donación que hace un cónyuge a otro en consideración a sus prendas personales) de Afrodita. Si bien, Hefesto no accedió a la liberación de los amantes hasta que ambos prometieron que no volverían a repetirlo. Por desgracia para el ultrajado marido, ambos escaparon tan pronto como levantó la red y, por supuesto, no se esforzaron mucho por mantener su promesa.
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La consecuencia fue la misma: Helios alertó a Hefesto de la aventura, que enfureció y trazó un plan para atrapar a la pareja en pleno adulterio. Para eso, dispuso sobre la cama una sutil red de plata, casi invisible, con el poder de inmovilizar a cualquiera, incluyendo a los dioses. Así atrapó a Ares y Afrodita en la siguiente ocasión, trayendo entonces a los demás dioses para que fuesen testigos del ultraje, aunque las diosas rehusaron la invitación por pudor. Todos se burlaron de ellos, lo que debió enfurecer aún más a Hefesto, que se mostró reacio a romper el hechizo de la red.
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Así, ante la negativa de Hefesto de liberar a los prisioneros, Poseidón le prometió que Ares pagaría desagravios, para lo que propuso incluso devolverle el excrex (la donación que hace un cónyuge a otro en consideración a sus prendas personales) de Afrodita. Si bien, Hefesto no accedió a la liberación de los amantes hasta que ambos prometieron que no volverían a repetirlo. Por desgracia para el ultrajado marido, ambos escaparon tan pronto como levantó la red y, por supuesto, no se esforzaron mucho por mantener su promesa.
"Marte y Venus descubiertos por Vulcano" de Alexandre Charles Guillemot, 1827. |
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Dices:
ResponderEliminar"Hace mucho que me aficioné a coleccionar belleza. Hace poco que me aficioné a compartirla. Sin embargo, si quieres saber algo de mi, tendrás que cruzar antes todos mis mares..."
Te respondo:
Ni se colecciona, ni se comparte. La belleza se sufre.
Cuando hablamos de la belleza paseamos por terrenos demasiado subjetivos, en los que tanto tu percecpción de la belleza como la mía propia pueden ser igualmente válidas.
ResponderEliminarImagino que cada cual experimentará la belleza a su manera. ¿Sufrirla? No sé. No sé si la belleza se sufre. Quizá. Ella es mi estandarte desde hace años. Y los estandartes suelen llevarse a la guerra, ergo...
Quizá la expresión de "coleccionar belleza" no sea del todo acertada. Ahí te voy a dar la razón. Quizá debiera sustituirla por la de "coleccionar cosas hermosas"... Pero eso sería demasiado preciso. Y, no sé si lo sabes, pero a los poetas nos pierden las imprecisiones. Casi que la prefiero así, tal cual está, errónea, imprecisa, borrosa... lírica...
Pero creo que sí que puedo dar fe de que la belleza puede compartirse. En realidad, no creo que el hecho de compartirla sea incompable con el sufrimiento o con el gozo de experimentarla, pues también los sentimientos pueden compartirse.
Pero creo que todo se resume a lo que afirma el dicho popular: la belleza está en los ojos del que mira.
;)
se supone q hefesto se caso cn afrodita para q pudieran liberar a hera... pero tmb dicen q fue zeus quien arrojo a hefesto del olimpo y x eso se vengo....
ResponderEliminarLa verdad es q nunca había oido la teoría de zeus, ahora que la oigo pienso que no tiene mucho sentido ya que Hera decidió tener a Hefesto tras descubrir que zeus le había sido infiel
EliminarSí, esa es una de las versiones del extraño matrimonio entre Afrodita y Hefesto. Por eso preferí recogerlo en el post dedicado al dios del fuego, ya que en ese caso habría sido el que forzó el matrimonio. Otra hipótesis es que fuese Zeus el que amañó el matrimonio para que la belleza de Afrodita no causara problemas entre los dioses.
ResponderEliminarhola muy interesantes las versiones, otra versión es que Afrodita fue entregada a Hefesto para compensarlo por los malos tratos que había recibido en la infancia.
ResponderEliminarQué horror... Que terrible trato recibieron las mujeres, aun siendo diosas, en la mitología clásica...
EliminarMe encanta la osadia de Afrodita, me identifico con esa vivencia del amor que nos toma a veces y que sin importar nada mas, vale la pena vivir.
ResponderEliminarMuy filosoficos los comentarios y el primero es poetico
ResponderEliminar(°×°)
Gracias, visitante. Hay navegantes que dejan por aquí hermosas joyas para engalanar estas playas en apariencia desiertas.
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