Hay veces, la mayoría de las veces, que los cambios llegan sin avisar, sólo para sorprendernos. Sin embargo, existe también esas raras excepciones en las que los cambios se citan con nosotros y nos advierten de su visita. Lo sé porque yo misma, sin ir más lejos, me encuentro en este instante en ese segundo y extraño supuesto, ya que he quedado con ellos, con los cambios, dentro de un par de semanas, en una cita a ciegas...
Por el momento, dichos cambios supondrán una desconexión, pero una desconexión literal. Sí, amigos míos, estaré una temporada apartada de ustedes y es más que probable que no me veáis navegar por estos lares en varias semanas. Espero que mi ausencia no se alargue mucho; sin embargo, tampoco me atrevo a barajar fechas.
En mi camino de regreso a alta mar haré un alto en cada puerto, para despedirme casi como es debido de todos y cada uno de ustedes. Por cierto, admitiré abrazos y besos, así que id preparando una nutrida colección de ellos.
Me gustaría decirles que ojalá no me extrañen demasiado, pero estaría faltando a la verdad. Ya sé que mi presencia siempre ha latido aquí en cada rincón, a pesar de mis ausencias. Pero lo cierto es que me sentiría muy honrada si me echaran de menos.
Como siempre, dejaré el faro encendido, los caminos abiertos, las hamacas colgadas bajo los árboles, las tumbonas dispuestas sobre la arena y las barquitas de paseo ancladas cerca de la orilla... Y ya saben que pueden hacer uso de mis playas como si en casa se hallasen.
Un abrazo.
Por el momento, dichos cambios supondrán una desconexión, pero una desconexión literal. Sí, amigos míos, estaré una temporada apartada de ustedes y es más que probable que no me veáis navegar por estos lares en varias semanas. Espero que mi ausencia no se alargue mucho; sin embargo, tampoco me atrevo a barajar fechas.
En mi camino de regreso a alta mar haré un alto en cada puerto, para despedirme casi como es debido de todos y cada uno de ustedes. Por cierto, admitiré abrazos y besos, así que id preparando una nutrida colección de ellos.
Me gustaría decirles que ojalá no me extrañen demasiado, pero estaría faltando a la verdad. Ya sé que mi presencia siempre ha latido aquí en cada rincón, a pesar de mis ausencias. Pero lo cierto es que me sentiría muy honrada si me echaran de menos.
Como siempre, dejaré el faro encendido, los caminos abiertos, las hamacas colgadas bajo los árboles, las tumbonas dispuestas sobre la arena y las barquitas de paseo ancladas cerca de la orilla... Y ya saben que pueden hacer uso de mis playas como si en casa se hallasen.
Un abrazo.
Ya te echamos de menos.
ResponderEliminarQue el cambio sea para mejor.
Saludos.
Un beso...¿te han traido muchas cositas los reyes?...¿y carbón también?...Espero que hayas comenzado con muy buen pie el nuevo año...
ResponderEliminarMuack!!!
¿Pero como, te encuentro y ya te pierdo?
ResponderEliminarBesos
Pues sabes una cosa, Fortunata?
ResponderEliminarNo has podido llegar en mejor momento porque ahora mismo voy de regreso! Pronto habré llegado y pronto habré retomado mi vida y, con ella, el cuidado de mis mares, así que no desesperes!