Pandora | O. Redon |
Época: finales del XIX.
Rivalidades: Impresionismo.
Afinidades: Romanticismo, Neoimpresionismo.
Influenció en: la Escuela de Pont-Aven, los Nabis, el Art Nouveau, el Surrealismo.
El Simbolismo fue uno de los movimientos artísticos más importantes de finales del siglo XIX, el cual salvó todas las fronteras y abarcó las artes desde la poesía y la literatura hasta, por supuesto, la pintura. Sin embargo, es muy difícil definirlo de forma general. Para algunos, es un movimiento que proviene del Romanticismo, señalando entre sus precedentes a William Blake o a Goya; otros lo describen como una manifestación típica del postimpresionismo; e incluso hay críticos que aseguran que el simbolismo nunca existió. Además, también se los han vinculado con los nazarenos, los prerrafaelitas y los aestheticos. Néstor Martín-Fernández de la Torre es considerado el último simbolista y que el simbolismo murió con él, en 1938.
A pesar de ello, el simbolismo no deja de ser un conglomerado de encuentros pictóricos individuales bajo el que se agrupan artistas como Gustave Moreau, Pierre Puvis de Chavannes, Odilon Redon, Carlos Schwabe… e incluso pintores asociados con otras corrientes pictóricas y tan dispares como Vincent Van Gogh, Paul Gauguin, Gustav Klimt, Edvard Munch, Arnold Böcklin, Edward Burne-Jones o Robert Bresdin.
Filosofía.
Los simbolistas rechazan lo que trae consigo la vida diaria: la aglomeración, la polución, la actividad industrial... Odian la degradación, añoran un mundo idílico y buscan emociones primitivas, los estados preconscientes, lo irracional y experimentan una recuperación del sentimiento religioso y un interés por el cristianismo, las religiones orientales, el esoterismo...
El simbolismo surge como respuesta a la pretenciosa objetividad del impresionismo y a las inclinaciones científicas del neoimpresionismo, ante los que abogan por una pintura espiritual y hasta mística. No en vano, los simbolistas están más apegados a la tradición académica, contraria a su vez al Impresionismo. Si bien, los simbolistas sí que son afines con las teorías del color neoimpresionistas, las cuales emplearán en sus obras, en las que apostaron por el color y la línea, las formas planas y las grandes áreas de color.
Además, los simbolistas reaccionan contra el materialismo y el pragmatismo de la sociedad industrial, propugnando una pintura poética y reivindicando la búsqueda interior, para lo que se sirven de los sueños que, gracias a Freud, ya no conciben únicamente como imágenes irreales, sino como un medio de expresión de la realidad.
Técnica.
La obra simbolista se caracteriza por el uso de colores fuertes usados para resaltar el sentido onírico. Del mismo modo, el uso de colores pasteles y de la difuminación del color en algunos artistas perseguía el mismo objetivo.
Temática.
En cuanto a la temática, en su interés por lo subjetivo y lo irracional, el simbolismo no se queda en la mera apariencia física del objeto, sino que a través de él pretende llegar a lo sobrenatural. Por eso sus artistas no se limitan a retratar el mundo exterior, sino que pretenden plasmar sus sueños, sus emociones, sus pensamientos a través del símbolo o la idea. Es así que sus obras no tienen una lectura única, sino que cada obra puede transmitir cosas distintas a cada individuo y adquirir diferentes mensajes.
Una novedad temática es la aparición de la mujer fatal, paralela a la aparición de la teoría freudiana sobre la unión entre el Eros (el amor) y el Thanatos (la muerte no violenta) y su influencia en la vida y en la relación entre hombres y mujeres.
Afinidades.
Muy cercana a los planteamientos del Simbolismo se sitúa la Escuela de Pont-Aven, una pequeña localidad rural de la Bretaña francesa a la que en 1886 se dirigió un grupo de pintores neoimpresionistas, entre los que se encontraba Émile Bernard. Además están, por supuesto, los nabis, la segunda generación simbolista, que aspiraron a convertir sus ideas en una forma de vida. Además, cabe señalar la marcada influencia del Simbolismo en movimientos posteriores como el Art nouveau o el Surrealismo.
A pesar de ello, el simbolismo no deja de ser un conglomerado de encuentros pictóricos individuales bajo el que se agrupan artistas como Gustave Moreau, Pierre Puvis de Chavannes, Odilon Redon, Carlos Schwabe… e incluso pintores asociados con otras corrientes pictóricas y tan dispares como Vincent Van Gogh, Paul Gauguin, Gustav Klimt, Edvard Munch, Arnold Böcklin, Edward Burne-Jones o Robert Bresdin.
'La decapitación de Juan Bautista' de Pierre Puvis de Chavannes |
Filosofía.
Los simbolistas rechazan lo que trae consigo la vida diaria: la aglomeración, la polución, la actividad industrial... Odian la degradación, añoran un mundo idílico y buscan emociones primitivas, los estados preconscientes, lo irracional y experimentan una recuperación del sentimiento religioso y un interés por el cristianismo, las religiones orientales, el esoterismo...
El simbolismo surge como respuesta a la pretenciosa objetividad del impresionismo y a las inclinaciones científicas del neoimpresionismo, ante los que abogan por una pintura espiritual y hasta mística. No en vano, los simbolistas están más apegados a la tradición académica, contraria a su vez al Impresionismo. Si bien, los simbolistas sí que son afines con las teorías del color neoimpresionistas, las cuales emplearán en sus obras, en las que apostaron por el color y la línea, las formas planas y las grandes áreas de color.
Además, los simbolistas reaccionan contra el materialismo y el pragmatismo de la sociedad industrial, propugnando una pintura poética y reivindicando la búsqueda interior, para lo que se sirven de los sueños que, gracias a Freud, ya no conciben únicamente como imágenes irreales, sino como un medio de expresión de la realidad.
Técnica.
La obra simbolista se caracteriza por el uso de colores fuertes usados para resaltar el sentido onírico. Del mismo modo, el uso de colores pasteles y de la difuminación del color en algunos artistas perseguía el mismo objetivo.
'Ofelia' de Odilon Redon |
Temática.
En cuanto a la temática, en su interés por lo subjetivo y lo irracional, el simbolismo no se queda en la mera apariencia física del objeto, sino que a través de él pretende llegar a lo sobrenatural. Por eso sus artistas no se limitan a retratar el mundo exterior, sino que pretenden plasmar sus sueños, sus emociones, sus pensamientos a través del símbolo o la idea. Es así que sus obras no tienen una lectura única, sino que cada obra puede transmitir cosas distintas a cada individuo y adquirir diferentes mensajes.
Una novedad temática es la aparición de la mujer fatal, paralela a la aparición de la teoría freudiana sobre la unión entre el Eros (el amor) y el Thanatos (la muerte no violenta) y su influencia en la vida y en la relación entre hombres y mujeres.
'Salomé' de Gustave Moreau |
Afinidades.
Muy cercana a los planteamientos del Simbolismo se sitúa la Escuela de Pont-Aven, una pequeña localidad rural de la Bretaña francesa a la que en 1886 se dirigió un grupo de pintores neoimpresionistas, entre los que se encontraba Émile Bernard. Además están, por supuesto, los nabis, la segunda generación simbolista, que aspiraron a convertir sus ideas en una forma de vida. Además, cabe señalar la marcada influencia del Simbolismo en movimientos posteriores como el Art nouveau o el Surrealismo.
Ejemplo del Simbolismo: ‘Beatrice’ de Odilon Redon; ‘Hesíodo y la Musa’ de Gustave Moreau; ‘Loca a la orilla del mar’ de Pierre Puvis de Chavannes |
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