Lamia | H. J. Draper |
Equivalente romano: Strix.
Título: mujer serpiente devoradora de niños traviesos.
Categoría: criaturas malignas.
Mitos: el romance con Zeus y la venganza de su esposa Hera.
Representaciones: cola de serpiente y pechos y rostro de mujer.
Procedencia: probablemente Libia.
Padres: Belo y Sibilia, reyes de Libia o Poseidón y Sibilia.
Posible descendencia: Skylla, Akheilos, Sibila Herophile, Sibylla.
¿Por qué nos interesa la fábula de Lamia desde una perspectiva de género?
- Aunque Lamia es una mujer libre, es castigada por mantener una relación con Zeus, un señor casado que, como dios supremo del panteón griego, suele conseguir todo lo que se le antoja.
- La que materializa la venganza contra Lamia es Hera, la esposa de Zeus, personificación de la arquetípica esposa loca de celos, cruel y vengativa.
- Hera vierte su odio contra los hijos de Lamia, lo que convierte a su víctima en un monstruo.
- Zeus, a pesar de estar investido de todo el poder, renegó de Lamia porque la muy orgullosa huyó en lugar de pedirle protección.
En la mitología griega, Lamia era hija de Belo y Sibilia, reyes de Libia, o de Poseidón y Sibilia, dependiendo de la fuente. Es sobre todo reconocida por su aventura con Zeus y su catastrófico desenlace, en el que acabó reptando por la Tierra convertida en un monstruo devorador de niños.
Su romance con Zeus y la venganza de Hera.
Personajes: Lamia, Zeus y Hera.
Lamia se había atraído con su belleza el interés de Zeus, con quien engendró varios hijos hasta el preciso instante en el que Hera, esposa de Zeus, descubrió el romance. Según algunas versiones, Hera se vengó de ella matando a sus hijos, lo que le provocó tanto dolor que Lamia se transformó en monstruo. Sin embargo, la leyenda más extendida cuenta que Hera la transformó primero en un monstruo, obligándola luego a devorar a sus propios hijos y condenándola a no poder cerrar sus ojos, de tal forma que siempre estuviera obsesionada con la imagen de sus hijos muertos.
Sea como fuere, Lamia huyó, en vez de acudir a Zeus y pedir su protección, por lo que éste acabó renegando de ella. Eso sí, le otorgó el don de poder extraerse los ojos para poder así descansar.
Presa del dolor, Lamia fue transformándose en un ser nocturno y viscoso, dotado de extremidades marinas, heredadas quizá del carácter acuático de Poseidón. Además, su desgraciada existencia fue inculcando en ella una creciente envidia hacia las otras madres, la cual la empujaba a seguir serpenteando por el mundo en busca de niños, a los que devoraba para alimentarse de su sangre.
Para asustar a los niños.
La iconografía griega solía representar a Lamia como una mujer con extremidades de serpiente marina y pechos y rostro de mujer y, aunque solía ser femenina, ocasionalmente se la consideraba masculina o hermafrodita. Las madres de la antigua Grecia tenían por costumbre amedrentar a sus hijos traviesos con la amenaza de una posible visita de Lamia, que siguió serpenteando por el mundo hasta la Roma clásica, donde los antiguos romanos la adoptaron bajo el nombre de Strix.
Influencias posteriores.
Es probable que este personaje inspirase a John Keats su poema "Lamia", el cual inspiró a su vez a un buen número de pintores.
"El beso de la hechicera" de Isobel Lilian Gloag (1890) |
Más imágenes: Wikipedia Database.
Comentarios
Publicar un comentario
Te doy la bienvenida a mis mares.
Muchas gracias por verter en ellos tus palabras.