Autorretrato de A. Muñoz Degrain |
Pintor
Procedencia: Valencia, España; afincado en Málaga.
Aprendizaje: Rafael Montesinos, en la Academia de Bellas Artes de San Carlos en Valencia.
Escuelas: realismo; luminismo valenciano (movimiento modernista identificado con el impresionismo o neoimpresionismo); influencias del romanticismo y el simbolismo.
Temas: paisajes, históricos, con ciertas dosis de simbolismo.
Antonio Muñoz Degrain (1840–1924) Pintor español de estilo ecléctico, volcado en el paisaje y el cuadro histórico y que viró entre el Realismo, el Romanticismo y el Modernismo y mostró influencias del Impresionismo y el Simbolismo.
Juventud.
Por decisión paterna, Antonio Muñoz Degrain inicia los estudios de arquitectura. Sin embargo, pronto abandona estos estudios para dedicarse a la pintura.
Alumno de la Academia de San Carlos de Valencia desde los 12 años, es discípulo del pintor Rafael Montesinos, aunque su formación es esencialmente autodidacta. Aquí es compañero de Francisco Domingo Marqués, que lo retratará años más tarde en su estudio.
Éxito.
En 1862 se da a conocer en la Exposición Nacional de Bellas Artes, en las que participó asiduamente desde 1862 hasta 1915. Sus éxitos en estos certámenes marcarán decisivamente la trayectoria artística del pintor. Además de recibir una mención honorífica en 1862 y una tercera medalla en 1864 por su cuadro ‘Vista del valle de la Murta (Alcira)’, obtiene sendos segundos premios en 1867 por su ‘Paisaje de El Pardo, al disiparse la niebla’ y en 1871 por ‘La oración’ (ambos en El Prado).
En 1870 su amigo Bernardo Ferrándiz le requiere para decorar el techo del Teatro Cervantes en Málaga, ciudad a la que se traslada y a la que considerará siempre como su ciudad de adopción. Allí casará y residirá hasta su muerte. Y allí será nombrado profesor supernumerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo en 1879, convirtiéndose años después en maestro de toda una generación de artistas, entre ellos el joven Picasso, quien le mostrará siempre su afecto y respeto.
La primera medalla obtenida por Muñoz Degrain en 1881 con ‘Otelo y Desdémona’ (Museu do Chiado, Lisboa), le proporciona una pensión del Gobierno para hacer por fin el deseado viaje a Roma. Visita entonces ciudades de la Toscana y Venecia. Es en Italia donde realiza su gran cuadro ‘Los amantes de Teruel’ (El Prado), obra maestra de toda su producción y una de las piezas capitales de la pintura española de todo el siglo XIX, que el pintor envía desde Roma a la Exposición de Bellas Artes de 1884, en la que obtiene la primera medalla. A partir de este momento, su creciente prestigio le reporta numerosos honores y recompensas públicas.
Entre dichos honores se cuenta el de Caballero de las órdenes de
Isabel la Católica, Carlos III y Alfonso XII y la medalla de honor de la
Exposición Nacional de 1910; en 1898, a la muerte de Carlos de Haes,
obtuvo la cátedra de Paisaje de la Academia de San Fernando de Madrid,
institución de la que será nombrado miembro al año siguiente y director
desde 1901, cargo al que renunció en 1912, siendo asimismo presidente
del Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Artista de fecundísima producción y desprendida generosidad, en su vejez hizo muy importantes donaciones de obras suyas a los museos de Valencia y Málaga, sus dos ciudades más queridas, así como un espectacular conjunto de cuadros sobre temas del Quijote a la Biblioteca Nacional de Madrid.
Obra.
En sus comienzos realizó una pintura realista. Realizó cuadros de temas históricos y destacó como paisajista. Trató los temas con gran imaginación y ciertas implicaciones simbolistas. Al final de su vida, pintó con pinceladas cortas y vivas, de un cierto impresionismo tardío.
Entre sus obras, se pueden citar: "Vista del Valle de la Murta" (1864, premiado en la Exposición Nacional), "Paisaje del Pardo al disiparse la niebla" (1867, premiado en la Exposición Nacional), "Otelo y Desdémona" (1881), "Los amantes de Teruel" (1884, primera medalla en la Exposición Nacional) o "El Tajo, lluvia" (1915).
Presentó con igual éxito sus cuadros a exposiciones internacionales, como las Universales de Filadelfia (1876), Múnich (1883) y Chicago (1893).
Un fanfarrón | 1880 | Antonio Muñoz Degrain |
Juventud.
Por decisión paterna, Antonio Muñoz Degrain inicia los estudios de arquitectura. Sin embargo, pronto abandona estos estudios para dedicarse a la pintura.
Alumno de la Academia de San Carlos de Valencia desde los 12 años, es discípulo del pintor Rafael Montesinos, aunque su formación es esencialmente autodidacta. Aquí es compañero de Francisco Domingo Marqués, que lo retratará años más tarde en su estudio.
Detalle del boceto para 'Alegoría de la Historia, Industria y Comercio de Málaga' realizado para el Teatro Cervantes de Málaga (1870) Antonio Muñoz Degrain & Bernardo Ferrándiz y Badenes |
Éxito.
En 1862 se da a conocer en la Exposición Nacional de Bellas Artes, en las que participó asiduamente desde 1862 hasta 1915. Sus éxitos en estos certámenes marcarán decisivamente la trayectoria artística del pintor. Además de recibir una mención honorífica en 1862 y una tercera medalla en 1864 por su cuadro ‘Vista del valle de la Murta (Alcira)’, obtiene sendos segundos premios en 1867 por su ‘Paisaje de El Pardo, al disiparse la niebla’ y en 1871 por ‘La oración’ (ambos en El Prado).
En 1870 su amigo Bernardo Ferrándiz le requiere para decorar el techo del Teatro Cervantes en Málaga, ciudad a la que se traslada y a la que considerará siempre como su ciudad de adopción. Allí casará y residirá hasta su muerte. Y allí será nombrado profesor supernumerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo en 1879, convirtiéndose años después en maestro de toda una generación de artistas, entre ellos el joven Picasso, quien le mostrará siempre su afecto y respeto.
La primera medalla obtenida por Muñoz Degrain en 1881 con ‘Otelo y Desdémona’ (Museu do Chiado, Lisboa), le proporciona una pensión del Gobierno para hacer por fin el deseado viaje a Roma. Visita entonces ciudades de la Toscana y Venecia. Es en Italia donde realiza su gran cuadro ‘Los amantes de Teruel’ (El Prado), obra maestra de toda su producción y una de las piezas capitales de la pintura española de todo el siglo XIX, que el pintor envía desde Roma a la Exposición de Bellas Artes de 1884, en la que obtiene la primera medalla. A partir de este momento, su creciente prestigio le reporta numerosos honores y recompensas públicas.
Los amantes de Teruel | 1884 | Antonio Muñoz Degrain |
Artista de fecundísima producción y desprendida generosidad, en su vejez hizo muy importantes donaciones de obras suyas a los museos de Valencia y Málaga, sus dos ciudades más queridas, así como un espectacular conjunto de cuadros sobre temas del Quijote a la Biblioteca Nacional de Madrid.
Vista de la Bahía de Palma de Mallorca | 1905-1910 | Antonio Muñoz Degrain |
Obra.
En sus comienzos realizó una pintura realista. Realizó cuadros de temas históricos y destacó como paisajista. Trató los temas con gran imaginación y ciertas implicaciones simbolistas. Al final de su vida, pintó con pinceladas cortas y vivas, de un cierto impresionismo tardío.
Entre sus obras, se pueden citar: "Vista del Valle de la Murta" (1864, premiado en la Exposición Nacional), "Paisaje del Pardo al disiparse la niebla" (1867, premiado en la Exposición Nacional), "Otelo y Desdémona" (1881), "Los amantes de Teruel" (1884, primera medalla en la Exposición Nacional) o "El Tajo, lluvia" (1915).
Presentó con igual éxito sus cuadros a exposiciones internacionales, como las Universales de Filadelfia (1876), Múnich (1883) y Chicago (1893).
Antes de la boda | Antonio Muñoz Degrain |
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