Baco | Simeon Solomon |
Padres: Zeus.
Madre: Sémele (Hesíodo, Homero, Píndaro, Apolodor, Pausanias), Dione (Píndaro), Selene o Perséfone.
Tutores: los reyes Atamante e Ino y las Híades o Maro.
Consorte: Ariadna.
Amantes: Afrodita, Aura, Beroe, Kronois, Nikaia, Althaia, Erigone, Pallene, Physkoa.
Amantes masculinos: Ampelos, Polymnos O Hyplipnos.
Descendencia: Las Cárites, Himeneo y Príapo; Deyanira; Enopión, Toante, Estáfilo y Pepareto; Como; Ftono; Acis.
Título: dios del vino, promotor de la civilización, legislador y amante de la paz, protector de la agricultura y el teatro.
Categoría: olímpicos; deidades de la agricultura.
Mitos: su nacimiento y resurrección. La invención del vino. Su encuentro con Rea. Su ascensión al Olimpo. La violación de Ariadna. La fábula del rey Midas.
Atributos: carro tirado por panteras, tirso, toro, serpiente, hiedra y vino; también la parra, la hiedra y la higuera. Lo acompañan sátiros, centauros y silenos.
¿Por qué nos interesa Dioniso desde una perspectiva de género?
- Hecho dios, secuestró a Ariadna en Naxos para forzarla a ser su pareja, es decir, a apropiársela a través de su violación.
- Cuando los hijos de Antíope mataron a Dirce, una de sus sacerdotisas, Dioniso emprendió su venganza contra la madre.
Dioniso es el dios del vino, representando no sólo su poder tóxico, sino también sus influencias sociales y beneficiosas. Es considerado promotor de la civilización, legislador y amante de la paz, así como dios protector de la agricultura y el teatro.
Culto.
Dioniso es un dios que se haya entre los ritos religiosos mistéricos (como los practicados en honor de Deméter y Perséfone en Eleusis). En los misterios tracios, Dionisos lleva el «bassaris» o piel de zorro, simbolizando la nueva vida. Sus propios ritos, los misterios dionisíacos, eran los más secretos de todos.
Muchos griegos estaban seguros de que el culto a Dioniso llegó a Grecia desde Anatolia. Sin embargo, Dioniso habría estado entre los griegos y sus predecesores mucho tiempo. De hecho, el nombre de Dioniso aparece ya en las tablillas micénicas como DI-WO-NI-SO-JO y en la Creta minoica su presencia resulta reconocible, a pesar de que su nombre minoico sea desconocido. A pesar de todo, Dioniso conservó siempre cierto carácter de dios extranjero. Tanto es así que los griegos nunca dejaron de creer que Dioniso era una adición tardía a su panteón, lo que propició cierto rechazo hacia su culto y algunas paradojas; por ejemplo, algunos investigadores creen que Macedonia el culto a Dioniso se consideraba maligno, mientras que en Atenas, por el contrario, se consideraba benigno.
Representación e iconografía.
Sus atributos son el carro tirado por panteras y adornado con pámpanos y hiedra y el tirso, una larga asta adornada con hiedra. El toro, la serpiente, la hiedra y el vino son sus signos más característicos. Tenía consagrada la parra y su hermana salvaje estéril, la hiedra venenosa, y también la higuera. Además, está estrechamente asociado con los sátiros, los centauros y los silenos. El un tirso puede estar coronado por una piña (que lo relacionaba con Cibeles) y una granada (que lo relacionaba con Deméter).
Nacimiento; Dionisos, el dos veces nacido.
Los griegos incorporaron a Dioniso a la tradición olímpica como hijo de Zeus y Sémele. Si bien, otras versiones afirman que Dionisos era hijo de Zeus con Perséfone, Sémele (según Hesíodo, Homero, Píndaro, Apolodor, Pausanias), Dione (según Píndaro) o Selene. Sea como fuere, Dioniso tuvo un nacimiento algo más que controvertido.
Educación.
Hermes encargó su educación a Atamante, rey de Orcómeno, y su esposa Ino; vistiendo al bebé con ropa de niña para evitar los celos de Hera. Sin embargo, la pantomima no surtió efecto y Hera hizo que Ino y Atamante enloquecieran. Zeus se llevó entonces a Dioniso lejos de Grecia, al país llamado Nisa, lo transformó en cabrito y lo entregó a las ninfas de la lluvia. Éstas lo criaron y, como recompensa, Zeus ascendió entre las estrellas como las Híades. Otras fuentes, en cambio, aseguran que Dioniso fue criado por Maro. La invención del vino.
Su primera gran invención fue el vino. Según cuenta la leyenda, Dioniso se encontró un día con un frágil tallo de parra que le llamó la atención, a pesar de carecer de pámpanos e incluso de racimos. Tan cautivado se sintió por aquella planta, que decidió hacer algo para preservarla. En primer lugar, introdujo el tallo en un pequeño hueso de pájaro, en el que éste comenzó a crecer. Al cabo de unos días, hubo crecido tanto que Dioniso debió transplantarlo, esta vez al interior de un hueso de león y, días después, al interior de un hueso de asno. Al tiempo, el tallo se convirtió en una parra y dio su fruto. Entonces Dioniso descubrió las propiedades de su zumo fermentado.
El encuentro con Rea.
Sin embargo, Dioniso no era consciente de que Hera seguía acechándolo desde las sombras con aviesas intenciones, pues aún seguía empeñada en concluir su venganza. Fue así que Hera hizo que Dioniso se volviese loco y lo empujó a vagar por Egipto y Siria. Detuvo su peregrinaje al llegar a Frigia, donde la diosa Rea (Cibeles para los Romanos) lo purificó y le enseñó sus ritos religiosos. Desde entonces siempre lo acompañan sátiros, ménades y otras bestias.
Viaje por Asia.
Después Dioniso emprendió su recorrido por Asia, en el que empleó varios años, enseñando a la gente el cultivo del vino. En los márgenes del Estrimón, en Tracia, fue atacado por Licurgo, que acabó loco, cortándose una pierna a si mismo y a su propio hijo y siendo descuartizado por su propio pueblo. Luego, Dioniso conquistó La India con su ejército y sus encantamientos y poderes místicos.
El controvertido regreso a Grecia.
Tras sus viajes por el oriente, Dioniso volvió triunfante y asumió la introducción de su culto en Grecia, donde algunos príncipes se le opusieron, temerosos de los desórdenes y la locura que éste acarreaba. A pesar de todo, se dirigió a Tebas e instauró las Bacanales.
Luego pidió a unos piratas que le llevaran a la isla Naxos. Sin embargo, los piratas decidieron traicionarlo y pusieron rumbo a Asia, donde planearon venderlo como esclavo. Acetes, timonel del barco, intento persuadirlos, al haber reconocido al dios, aunque sin mucho éxito. Al final, Dioniso descubrió las intenciones de los piratas y contraatacó. Transformó los remos en serpientes, llenó el barco de hiedra, hizo sonar unas flautas invisibles y finalmente paralizó la nave entre enramadas de parra. Los piratas, aterrados por la experiencia, se arrojaron al mar y una vez allí fueron transformados en delfines, de los que cuentan que desde entonces acompañan y salvan a los náufragos, con la intención de expiar su culpa. Por supuesto, el único que se salvó de la ira divina fue Acetes, quien se convertiría en uno de los seguidores de Dioniso y a veces el conductor de sus Ménades.
El ascenso al Olimpo.
Por último, ascendió al cielo, siendo el último dios en sumarse a la Corte Olímpica, gracias a su decisiva intervención en los acontecimientos que siguieron a la expulsión de Hefesto. Ya les conté que, según algunas leyendas, Hefesto fue expulsado del Olimpo por su propia madre, la diosa Hera, y que aquella humillación inspiró a Hefesto la confección un trono de oro mágico, en el que Hera quedó presa al sentarse. Muchos dioses intentaron mediar en aquel desencuentro, aunque siempre en vano, pues Hefesto se negaba a volver y a liberar a su madre... Hasta que al fin dejaron intervenir a Dioniso, quien lo emborrachó y lo regresó con él al Olimpo, donde al fin accedió a liberar a Hera a cambio de la mano de Afrodita.
Mitos en los que participó.
Baco, el Dionisos romano.
Dioniso es identificado en Roma con Baco y con el antiguo dios itálico Liber Pater (dios del vino, la viña y el delirio místico, un dios de la fertilidad y el crecimiento, casado con Libera, identificada con Proserpina, con Ceres o con Ariadna).
Culto.
Dioniso es un dios que se haya entre los ritos religiosos mistéricos (como los practicados en honor de Deméter y Perséfone en Eleusis). En los misterios tracios, Dionisos lleva el «bassaris» o piel de zorro, simbolizando la nueva vida. Sus propios ritos, los misterios dionisíacos, eran los más secretos de todos.
Muchos griegos estaban seguros de que el culto a Dioniso llegó a Grecia desde Anatolia. Sin embargo, Dioniso habría estado entre los griegos y sus predecesores mucho tiempo. De hecho, el nombre de Dioniso aparece ya en las tablillas micénicas como DI-WO-NI-SO-JO y en la Creta minoica su presencia resulta reconocible, a pesar de que su nombre minoico sea desconocido. A pesar de todo, Dioniso conservó siempre cierto carácter de dios extranjero. Tanto es así que los griegos nunca dejaron de creer que Dioniso era una adición tardía a su panteón, lo que propició cierto rechazo hacia su culto y algunas paradojas; por ejemplo, algunos investigadores creen que Macedonia el culto a Dioniso se consideraba maligno, mientras que en Atenas, por el contrario, se consideraba benigno.
Representación e iconografía.
Sus atributos son el carro tirado por panteras y adornado con pámpanos y hiedra y el tirso, una larga asta adornada con hiedra. El toro, la serpiente, la hiedra y el vino son sus signos más característicos. Tenía consagrada la parra y su hermana salvaje estéril, la hiedra venenosa, y también la higuera. Además, está estrechamente asociado con los sátiros, los centauros y los silenos. El un tirso puede estar coronado por una piña (que lo relacionaba con Cibeles) y una granada (que lo relacionaba con Deméter).
"El triunfo de Baco" de Michaelina Woutiers. |
Nacimiento; Dionisos, el dos veces nacido.
Los griegos incorporaron a Dioniso a la tradición olímpica como hijo de Zeus y Sémele. Si bien, otras versiones afirman que Dionisos era hijo de Zeus con Perséfone, Sémele (según Hesíodo, Homero, Píndaro, Apolodor, Pausanias), Dione (según Píndaro) o Selene. Sea como fuere, Dioniso tuvo un nacimiento algo más que controvertido.
- Sémele como madre de Dionisos. En esta versión, Sémele, que era una mujer mortal, fue descubierta por Hera, esposa de Zeus , cuando estaba encinta de Dioniso. Ni corta ni perezosa, Hera, que tenía costumbre de vengar las infidelidades de su esposo contra sus amantes, se presentó ante Sémele disfrazada de anciana y se ganó la amistad de Sémele, quien le confesó que su marido era en realidad Zeus. Entonces Hera simuló no creerla y sembró la duda en Sémele, quien finalmente, para descubrir la verdad, pidió a Zeus que se revelara en toda su gloria como prueba de su divinidad. Zeus le rogó que no le pidiese tal cosa. Pero ella insistió con tanta vehemencia que finalmente Zeus accedió. Fue así que Zeus se presentó con sus truenos, relámpagos y rayos ante Sémele, que pereció carbonizada. Afortunadamente, Zeus logró rescatar al fetal Dioniso del vientre de su madre y plantarlo en su muslo, donde pasó los últimos tres meses de gestación.
- Perséfone como madre de Dioniso. En esta versión, ni siquiera la divinidad de Perséfone, reina del Inframundo, representaría un escollo para Hera, que igualmente idearía la forma de vengar la infidelidad de su marido. En esta ocasión, Hera habría enviando a los Titanes con la misión de descuartizar al niño tras engañarlo con juguetes, labor que ejercieron con suma eficiencia pues, a pesar de que Zeus lograra hacerlos huir con sus rayos, cuando Zeus llegó, los Titanes ya habían devorado al niño casi por completo, a excepción de su corazón, salvado de la masacre por Atenea, Rea o Deméter, según la fuente. Algunos mitos cuentan que Zeus usó el corazón para recrearlo en el vientre de Sémele, lo que explicaría el nombre de Dionisos, ‘el dos veces nacido’; es más, hay quien asegura que después de aquello Zeus dio a comer el corazón a Sémele para preñarla.
- La versión órfica. Para complicar aún más la cosa, otro mito órfico modifica esta versión y relata que en un momento de su reinado Zeus decidió ceder el trono en favor del infante Dioniso, que en aquel momento era un niño todavía. En este caso, sería los Titanes quienes, por su cuenta y riesgo, decidieron matar al niño y reclamar el trono para ellos. Para eso se pintaron las caras de blanco con yeso, distrajeron a Dioniso con juguetes, y entonces lo despedazaron y cocieron y asaron sus miembros, dándose un festín con ellos, mientras que de la sangre de la víctima nacía un granado. Zeus, enfurecido, castigó a los Titanes fulminándolos con sus rayos. Por fortuna, Atenea guardaba el corazón del niño en un muñeco de yeso, a partir del cual Zeus pudo elaborar un nuevo Dioniso. Una variación de esta historia dice que la humanidad surgió del humo grasiento que despedían los cadáveres de los Titanes al arder, muertos por el rayo de Zeus.
"Mercurio tomando a Baco para llevarlo a las ninfas" de Laurent de La Hyre. |
Educación.
Hermes encargó su educación a Atamante, rey de Orcómeno, y su esposa Ino; vistiendo al bebé con ropa de niña para evitar los celos de Hera. Sin embargo, la pantomima no surtió efecto y Hera hizo que Ino y Atamante enloquecieran. Zeus se llevó entonces a Dioniso lejos de Grecia, al país llamado Nisa, lo transformó en cabrito y lo entregó a las ninfas de la lluvia. Éstas lo criaron y, como recompensa, Zeus ascendió entre las estrellas como las Híades. Otras fuentes, en cambio, aseguran que Dioniso fue criado por Maro. La invención del vino.
Su primera gran invención fue el vino. Según cuenta la leyenda, Dioniso se encontró un día con un frágil tallo de parra que le llamó la atención, a pesar de carecer de pámpanos e incluso de racimos. Tan cautivado se sintió por aquella planta, que decidió hacer algo para preservarla. En primer lugar, introdujo el tallo en un pequeño hueso de pájaro, en el que éste comenzó a crecer. Al cabo de unos días, hubo crecido tanto que Dioniso debió transplantarlo, esta vez al interior de un hueso de león y, días después, al interior de un hueso de asno. Al tiempo, el tallo se convirtió en una parra y dio su fruto. Entonces Dioniso descubrió las propiedades de su zumo fermentado.
El encuentro con Rea.
Sin embargo, Dioniso no era consciente de que Hera seguía acechándolo desde las sombras con aviesas intenciones, pues aún seguía empeñada en concluir su venganza. Fue así que Hera hizo que Dioniso se volviese loco y lo empujó a vagar por Egipto y Siria. Detuvo su peregrinaje al llegar a Frigia, donde la diosa Rea (Cibeles para los Romanos) lo purificó y le enseñó sus ritos religiosos. Desde entonces siempre lo acompañan sátiros, ménades y otras bestias.
"El joven Baco" de Richard Buckner (1812-1883) |
Viaje por Asia.
Después Dioniso emprendió su recorrido por Asia, en el que empleó varios años, enseñando a la gente el cultivo del vino. En los márgenes del Estrimón, en Tracia, fue atacado por Licurgo, que acabó loco, cortándose una pierna a si mismo y a su propio hijo y siendo descuartizado por su propio pueblo. Luego, Dioniso conquistó La India con su ejército y sus encantamientos y poderes místicos.
El controvertido regreso a Grecia.
Tras sus viajes por el oriente, Dioniso volvió triunfante y asumió la introducción de su culto en Grecia, donde algunos príncipes se le opusieron, temerosos de los desórdenes y la locura que éste acarreaba. A pesar de todo, se dirigió a Tebas e instauró las Bacanales.
Luego pidió a unos piratas que le llevaran a la isla Naxos. Sin embargo, los piratas decidieron traicionarlo y pusieron rumbo a Asia, donde planearon venderlo como esclavo. Acetes, timonel del barco, intento persuadirlos, al haber reconocido al dios, aunque sin mucho éxito. Al final, Dioniso descubrió las intenciones de los piratas y contraatacó. Transformó los remos en serpientes, llenó el barco de hiedra, hizo sonar unas flautas invisibles y finalmente paralizó la nave entre enramadas de parra. Los piratas, aterrados por la experiencia, se arrojaron al mar y una vez allí fueron transformados en delfines, de los que cuentan que desde entonces acompañan y salvan a los náufragos, con la intención de expiar su culpa. Por supuesto, el único que se salvó de la ira divina fue Acetes, quien se convertiría en uno de los seguidores de Dioniso y a veces el conductor de sus Ménades.
"El triunfo de Baco" de Gustave Moreau |
El ascenso al Olimpo.
Por último, ascendió al cielo, siendo el último dios en sumarse a la Corte Olímpica, gracias a su decisiva intervención en los acontecimientos que siguieron a la expulsión de Hefesto. Ya les conté que, según algunas leyendas, Hefesto fue expulsado del Olimpo por su propia madre, la diosa Hera, y que aquella humillación inspiró a Hefesto la confección un trono de oro mágico, en el que Hera quedó presa al sentarse. Muchos dioses intentaron mediar en aquel desencuentro, aunque siempre en vano, pues Hefesto se negaba a volver y a liberar a su madre... Hasta que al fin dejaron intervenir a Dioniso, quien lo emborrachó y lo regresó con él al Olimpo, donde al fin accedió a liberar a Hera a cambio de la mano de Afrodita.
Mitos en los que participó.
- Hecho dios, Dioniso secuestró a Ariadna en Naxos para desposarla. Dependiendo del autor, tuvieron varios hijos, entre los que se menciona a Enopión, Estáfilo, Pepareto, Toante, Staphylos, Phliasos o Eurymedon.
- También intervino activamente en la conocidísima leyenda del Rey Midas, al que concedió el don de convertir en oro todo cuanto tocaba.
- Cuando los hijos de Antíope mataron a Dirce, una de sus sacerdotisas, Dioniso emprendió su venganza contra la madre.
- Tuvo un considerable número de amoríos gracias a los que engendró varios hijos, entre los que se mencionan a Las Cárites, Himeneo, Príapo, Deyanira, Como, Ftono, Acis…
"Baco y Ariadna" de los hermanos Le Nain |
Dioniso es identificado en Roma con Baco y con el antiguo dios itálico Liber Pater (dios del vino, la viña y el delirio místico, un dios de la fertilidad y el crecimiento, casado con Libera, identificada con Proserpina, con Ceres o con Ariadna).
"Baco" de Leonardo Da Vinci |
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Te doy la bienvenida a mis mares.
Muchas gracias por verter en ellos tus palabras.